En esta temporada del año, las orugas procesionarias se encuentran en plena actividad, y como amantes de nuestros peludos amigos, es esencial estar alerta. Ignacio Alarcón, entrenador y educador canino de Dogfriends, nos comparte información vital sobre los peligros de estas criaturas y cómo proteger a nuestras mascotas.
¿Por qué son tan peligrosas?
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La procesionaria del pino es un lepidóptero que atraviesa tres fases en su ciclo de vida: huevo, larva (oruga) y adulto (mariposa). Estas etapas se completan a lo largo del año, pero es en primavera cuando realmente nos encontramos con ellas, ya que abandonan su nido. Sin embargo, esta oruga representa una amenaza para nuestros queridos perros. Permíteme explicarte por qué.
Entre los meses de febrero y mayo, la procesionaria abandona su nido para pasar a la siguiente fase: de larva a crisálida. Durante este proceso, las orugas descienden en fila india por los pinos, lo que les ha valido el nombre de “procesionaria”. Pero aquí está el peligro: estas orugas son extremadamente venenosas en su fase de larva. Su peligro no es evidente a simple vista, pero es crucial estar informado.
La peligrosidad de la procesionaria radica en sus pelos urticantes. Cada oruga tiene alrededor de 500.000 pelos o tricomas a lo largo de su cuerpo. Estos pelos se asemejan a pequeñas flechas envenenadas. Lo peor es que, debido a su pequeño tamaño, se desprenden con facilidad. Contienen una sustancia tóxica llamada taumatopeina, que se libera cuando las orugas se sienten amenazadas.
El contacto con la piel o las mucosas provoca una liberación de histamina, lo que genera estornudos, reacciones inflamatorias y erupciones cutáneas. Además de las reacciones cutáneas, la toxina también puede causar problemas bronquiales, oculares e incluso anafilaxia severa. La procesionaria afecta tanto a humanos como a animales, pero en el caso de los perros, las lesiones pueden ser más graves debido al contacto por roce o ingestión.
El primer síntoma en un perro que ha entrado en contacto con la procesionaria es un intenso picor en la zona afectada, similar a una quemadura. Si no se trata a tiempo, el animal podría perder la lengua por necrosis o incluso morir por asfixia.
Consejos de «Dogfriends»:
- Evita pasear en zonas de pinar: Evita pasear en zonas de pinar durante la primavera, cuando las orugas están más activas. ¡Prioriza la seguridad de tu perro!
- Mantén distancia: ¡Ni se te ocurra tocar una oruga procesionaria! Aleja a tu perro de inmediato para evitar riesgos innecesarios.
- Limpieza inmediata: Si tu perro tiene contacto con una oruga y el veterinario no está cerca, ¡actúa rápido! Lávale la zona afectada con abundante agua caliente (que la mascota pueda soportar la temperatura) durante al menos 15 minutos. ¡No lo dejes esperar!
- Llévalo al veterinario: Ante cualquier síntoma preocupante como hinchazón, picazón, dificultad para respirar o vómitos, ¡no lo dudes! Acude al veterinario de inmediato para obtener ayuda profesional. ¡La salud de tu perro es lo más importante!
¿Qué hacer si mi perro ha tenido contacto?
- Atención veterinaria urgente: Llévalo al veterinario de inmediato para una atención urgente. No pierdas tiempo ante señales de emergencia.
- Tratamiento con corticoides: El veterinario aplicará corticoides para reducir la inflamación y contrarrestar cualquier reacción alérgica. La prontitud es clave para el bienestar de tu peludo amigo.
- Hospitalización en casos graves: En algunos casos, puede ser necesario hospitalizar al perro para un control más exhaustivo.
Consejos adicionales:
- Informa a tu veterinario sobre cualquier contacto con orugas procesionarias, incluso si no hay síntomas.
- Mantén un botiquín de primeros auxilios para perros con agua, gasas y antihistamínicos.
- Mantén a tu perro al día con sus vacunas.
Recuerda: La prevención es la mejor arma contra la oruga procesionaria.
¡Extrema la precaución durante esta época del año y protege a tu pelud@!
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Junt@s podemos proteger a nuestr@s pelud@s amig@s. ¡Cuidemos de nuestros fieles compañeros!
