Historia del Ovejero Alemán

Ovejero o Pastor Alemán

Hace siglos se desarrollaron en Alemania varios tipos de perros pastores. En las regiones al sur de las montañas, donde el terreno es irregular y los rebaños vagan arriba y abajo de las colinas en busca de forraje, apareció un tipo de perro comparativamente pesado, compacto y vigoroso.

En las llanuras del norte, donde los rebaños se trasladan con más rapidez y más lejos, apareció un perro pastor pequeño, ágil y de trote largo.

En Alemania Central se produjo una mezcla de las dos razas, de pelo largo.

La conformación de estos perros difería mucho. La longitud y textura del pelaje variaban ampliamente, desde los pelajes cortos a los recios y largos. El color era también muy variado, e incluía el blanco, el crema, el moteado, el azul y el negro en distintos tonos, así como las combinaciones de color que hoy son familiares. Sin embargo, había cuatro cualidades que estos tipos poseían en común:

  • Resistencia,
  • Inteligencia,
  • Solidez general y
  • Capacidad para hacer bien su trabajo especializado.

Aquí es donde el hombre interviene activamente en la formación del pastor alemán.

Un comercio muy activo y los nuevos medios de transporte hicieron que los hombres se reunieron para comentar sobre los rebaños y el tiempo, las cosechas y los precios, y finalmente para jactarse de sus perros. Hubo ahora algunos toscos intentos de crianza selectiva . Cuando un perro se destacaba por sus condiciones, su fama se extendía y otros ganaderos cruzaban a sus perras con él y seleccionaban en las camadas a los cachorros que más se parecían a su padre. Se formaban grupos unidos por el interés en los perros y el deseo de mejorar la capacidad de trabajo de los suyos. Se mantenía correspondencia con otros grupos similares, se intercambiaban ejemplares, se mantenían registros de crías y, gradualmente se alcanzaba una mayor uniformidad estructural. Se descubrió que un particular tipo básico era el mejor para el trabajo de pastor y se seleccionó, esta vez para buscar ese tipo. Los diversos tipos físicos naturales del país se mezclaron en un tosco tipo principal que podría trabajar bien bajo cualquier condición.

Así estaban las cosas cuando MAX VON STEPHANITZ, capitán de caballería, más tarde conocido como «el padre de la raza» inició en 1899 su campaña para estandarizar el pastor.

El 3 de abril de 1899, Stephanitz y su amigo Arturo Mayer, estaban en la ciudad de Karlsruhe y asistían a una de las primeras exhibiciones caninas de todas las razas. Atrajo su atención allí un perro mediano, amarillo y gris, semejante a un lobo, que permanecía de pie, sosegadamente junto a su entrenador.

Era un perro flexible y potente y poseía evidentemente una gran resistencia, firmeza e inteligencia. El entrenador les dijo que el perro no era de exhibición sino un pastor de trabajo. El perro se llamaba «Hektor Kinksheim» y conformaba el ideal de Stephanitz, quien lo compró para su criadero Grafrath. Lo rebautizó como «Horand von Grafrath», fundó la SV y le dió el nro. 1 de registro. Stephanitz, fue el primer presidente del Club y en un plazo increíblemente corto consiguió estandarizar un ejemplar cuyos rasgos esenciales no han variado hasta hoy. Para comprender este logro hay que situarse en la Alemania de la época.

El canciller Bismarck, había unificado recientemente a los pueblos de habla alemana por la fuerza de las armas. La monarquía de Hohenzollern, ejercía un influjo creciente bajo el dominio de Prusia Imperialista. El militarismo era el factor fundamental de movimiento en la política alemana. Para la gran masa del pueblo alemán, el uniforme se había convertido en la insignia de la autoridad. Así el capitán de caballería Max V. Stephanitz, se erigió en la voz de autoridad del Club del perro Pastor Alemán. Los criadores de perros pastores obedecían sin rechistar sus órdenes dictatoriales en lo referido a crianza. El Club se convirtió así en la mano que guiaba la crianza y esa mano era una extensión de la voluntad de Von Stephanitz.

El 20 de septiembre de 1899, se aprueba el standard de la raza que tuvo leves retoques en 1901, 1909, 1930 y 1961 y se perfeccionó y actualizó en 1976, al formarse la Unión Mundial de Clubes del Ovejero Alemán (WUSV). El Standard, se basó en la estabilidad mental y la utilidad, sin hacer hincapié en la belleza, ya que ésta era un subproducto normal de ese standard. Stephanitz, trazó un programa de cruces endogámicos (entre parientes muy cercanos) y rigurosa selección que reforzaría y concentraría más las grandes cualidades de trabajo de la raza. Era juez, experto en la cría e inspector de la raza y bajo su inflexible conducción, el Club se convirtió en el mayor para la cría de perros en Alemania, con más de 30.000 miembros y centenares de agrupaciones asociadas. De hecho, era la mayor organización del mundo dedicada a una sola raza.

El lema del capitán era: «utilidad e inteligencia» y la belleza era secundaria. El no quería cobardes ni criminales caninos en la raza, exigía animales fuertes, sanos y cumplidores, adecuados a su papel de útiles amigos trabajadores y compañeros del hombre. Von Stephanitz, sabía que la era pastoril finalizaba en una Alemania que se industrializaba. Por ello, con una perseverancia incansable y haciendo frente a la negativa inicial y al ridículo, persuadió finalmente a las autoridades para que utilizaran al pastor alemán en diversas secciones del gobierno.

A lo largo de su vida Stephanitz, escribió cientos de folletos y una obra monumental «El perro Pastor Alemán en palabras e imágenes», que durante muchos años fue la «Biblia» de los ovejeristas.

Hoy, con los avances de nuestro conocimiento en medicina, genética y zootecnia el valor de esta obra ha quedado anulado en parte, pero no podemos dejar de reconocer su gran valor y todos los aficionados deben leerla.

Max V. Stephanitz, murió el 22 de abril de 1936. Había visto coronado con éxito el trabajo de una vida. El «OVEJERO ALEMAN», como él había concebido, era una raza sin igual y así había sido aceptada en todo el mundo.

Fuente e Imágenes: http://www.ovejeroaleman.com/historia/historia.htm


Este tipo de mascota tiene un comportamiento muy sobreprotector hacia sus dueños y familia humana, en muchos casos, no son sociables con otros perros e incluso con otras personas. Si es tu caso, no dudes en contactar conmigo, y comentar tu caso, para que te pueda ayudar.

Soy Ignacio Alarcón «Adiestrador Canino», y ya son más de 35 años de experiencia trabajando con todo tipos de razas, caracteres y de diferentes edades.

Estas y otras preguntas que tengas, yo puedo ayudarte a obtener las respuestas necesarias para el Adiestramiento de tu perro.